viernes, 5 de abril de 2013

Vida nueva, savia nueva


Nació en Enero, con los rigores del invierno, cubierto con el calor de amores y anhelos. Una vida nueva, el primer hijo,  el primer nietecito. Es lindo como un ángel, yo nunca los he visto pero los presiento, sé que andan entre nosotros, que adoptan diferentes  formas, que anidan incluso en el corazón de los hombres, que nos ayudan  de una manera u otra, con su presencia, su sonrisa, con ese halo indescriptible de lo etéreo.

No sabía que sentiría al tenerlo entre mis brazos, me acordé de cuando acunaba a mis hijitos, de cómo me embelesaba contemplando su sueño, la placidez de su rostro, su sonrisa dormida evocando quien sabe que imágenes,  quien sabe que recuerdos. Se ríe mucho cuando "los absurdos"  -seguro que así nos debe ver él- le ponemos carotas, mientras babeamos en el éxtasis de su contemplación y emitimos sonidos raros, tratando de que aprenda, incomprensiblemente, la palabra "aajo", que el angelito, en un gesto que le honra por su autodeterminación y propia personalidad ha traducido en un "aguu". Le hablas y parece que te quiere entender, que te quiere hablar, con esos preciosos ojos que  miran y lo contemplan todo con la avidez de lo nuevo, descubriendo objetos, formas y colores. No entiende todavía la vida, pero no le importa, ahora sólo la percibe a través de sus sentidos y éstos le transmiten sensaciones agradables y placenteras.

- No está mal haber nacido, a pesar de que me hayan  sacado de la calentita piscina donde me tenía guardadito mi mamá  - pensó, o algo parecido a pensar- a no ser por aquella  vez,  cuando  una cara desconocida me cogió entre sus manos y, quitándome la ropa de mi pobre culito,  me clavó una hipodérmica y me inyectó un líquido frío y doloroso (más tarde sabré que le llamaban vacuna y que lo hacían por mi bien). Caramba con los adultos, qué cosas hacen por el bien de uno!  tendré que ir con cuidado con lo que ellos, esos gigantes grandotes,  llaman "el bien de uno". Sólo lloré un poquito, luego mi mamá -que ponía cara de pena, como si se la estuviesen poniendo a ella- me tomó entre sus brazos y me salvó. Luego mi papá, cuando volvió a casa, de un lugar que ellos llaman "Trabajo",  también puso cara de penita  por mi lastimado culito y se pasaron la noche tocando mi frente y mimándome todavía más. Ahora sé que si vuelven a ponerme otra ración de la desagradable "vacuna por mi bien" tendré extra de mimitos.

- Hay una cosa que no acabo de comprender, tal vez por mi inexperiencia vital, es que a mis papás cada día se les pone más oscura la piel de debajo de los ojos y el resto de sus caras, en cambio, se vuelve más y más blanquita. Tendré que preguntarlo cuando aprenda a decir algo más que "aguu",  sí, debo ampliar más mi vocabulario si quiero entender a los "gigantes grandotes"

Él, que tiene la sabiduría de la inocencia no contaminada,  sabe que se llama de nombre "Deseado" y de apellido "Bien Amado". Lo demás seguro que  no ha de importarle. Sabe que siempre hay unas manos que lo acunan y acarician, un pecho que lo alimenta con líquido dulce y sabroso, sintiendo el calorcito amoroso del cuerpo materno mientras él posa su manita en tan suave manjar. Unas voces conocidas y reconocidas, que le hablaban, incluso, cuando crecía y nadaba en su particular piscina privada.

- Lo que más me gusta del día, además de la hora del "bibi" que sale de mi mamá, son los paseos en mi "ferrari", bien arropadito, con una cosa que los adultos llaman  Sol  calentándome, mientras el traqueteo me adormece y me voy a otros lugares, de ahora  y de antes. Ah, y también cuando llega la hora en que mi papá  
llega de eso que llaman "Trabajo" y se ríe y habla conmigo de cosas que aún no entiendo - caramba, tengo que darme  prisa con mi vocabulario, ya lo intento ya, pero lo siguiente que viene es  "papá" y "mamá" y  esas están más complicadas que mi "aguu"- y cuando me levanta en sus fuertes brazos y me prepara un calentito banyo que yo agradezco chapoteando y riendo, mientras mamá espera, con la toalla preparada  para que mi cuerpecito no se enfríe.

- Otra cosa que he aprendido es que, cuando lloro, acuden rápido a mi lado y me acunan, o me cambian cuando estoy mojado y me dan mi "bibi" calentito. Qué raros que son los adultos, ellos necesitan decir muchas palabras para pedir y decir las cosas y yo, sólo con llorar, tengo colmadas todas las necesidades. Supongo que a medida que vaya creciendo iré entendiendo las cosas absurdas que los "gigantes grandotes" hacen.

8 comentarios:

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  3. jajajaj Joder con los comentarios, al que le falta inspiración hoy es a mi inche gripe.
    Un buen Post mija, cada día lo hace mejor, aprovechó la inspiración, e hizo una buena mezcla, felicidades, por las dos por el post y por el nieto

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  4. jajaja, gracias y a curar esa gripe.
    Trato de superarme un poquito cada día, o, por lo menos, lo intentaré, aunque ahora, con la pc que me regaló Niklas, como es alemana no tiene nuestra famosa enye espanyola, por lo que dudo en si ponerle "n" sin la gorrita, o "ny" que es la que usamos los catalanes que tampoco usamos en nuestro vocabulario la famosa letra espanyola.

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  5. no importa como lo escribas... el contenido y las facetas de los colores con que pintas tus palabras nos hacen olvidar el empaque... felicidades pirineica.. :)

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    1. Muchas gracias.
      Me ha gustado mucho "... los colores con que pintas tus palabras..."

      Un beso

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  6. Que bonito sentimiento, ( el tuyo y el del nietecito) disfrutalo mucho que crecen muy pronto.


    Un abrazo enorme.

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    1. Muchas gracias, querida Flor. Tú ya conoces ese lindo sentimiento.

      Otro abrazo para tí

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