lunes, 12 de agosto de 2013

Poesía a Marta

Quisiera soñar despierta
quisiera morir dormida

Quisiera ser ese ángel
 que te proteja en la vida

Que te guíe y te acompañe 
cuando te sientas perdida

Que te tome de la mano
cuando tu mano esté fría

Que me abrace la mirada
del infinito azul de tus ojos

Que mi amor te ilumine
y alumbre tu camino
como tú me iluminaste
 cuando anidaste en mi nido


Camina por el sendero
 de tus propios pensamientos 
mas no te aferres a ellos
unos serán tenebrosos 
otros serán placenteros

Unos no son buenos compañeros
te hablarán de rencores
 envenenarán tu aliento
nublarán tus bellos ojos
 con lágrimas de sufrimiento

Otros, cuales cantos de sirena
halagarán tu ego
 embriagando tus sentidos  
desviando tu camino

La senda del crecimiento
no la hallarás en ellos
la hallarás en un recodo 
al abrigo de los vientos 

La hallarás en la calma
de tu refugio interno
refugio de brisas suaves
que apacigua  pensamientos

Vuelve tu mirada  al Norte
sigue a la estrella polar
que no perturben tu paz 
 engañosos pensamientos
*****  
                                Con todo mi amor

  

jueves, 1 de agosto de 2013

La Fuente

 

Hay quien no cree en el amor. Hay quien dice que es una palabra muy manoseada y que de tanto usarla "en vano" ha perdido su significado,  su fuerza.

Yo tampoco creo en la palabra amor. Las palabras son sólo eso "palabras", que de tanto usarlas y abusarlas esconden y enmascaran el propósito verdadero, unas veces noble y otras innoble.

Yo prefiero hablar del sentimiento. Ese sentimiento que nos mueve y nos conmueve ante el sufrimiento ajeno, que saca lo mejor de nosotros, que no elige, ni pide contrapartida.

El tal sentimiento no tiene sujeto activo ni pasivo concreto. Tampoco es exclusivo de los seres humanos.  Nos brota de algún lugar recóndito de nuestro interior. De dónde? no sabemos. Por lo menos yo no lo sé. Hay quien dice del "corazón", de la "mente", del "alma".... Qué más da,  es lo de menos, nos debatiríamos en discusiones interminables y pueriles. Aquí la cuestión es a quién o a qué da de beber esa inagotable y misteriosa "Fuente".

Que mi fuente se derrame sobre tí
calmando tu sed
refrescando tu alma

Que sus aguas laven tu mirada
para que te mires en mí
y en su espejo la veas reflejada

Fuente inagotable, fuente eterna
podrás tomar cuanta quieras
mientras su manantial no enlodezcas

Sus propiedades son curativas
calman el dolor, atraen la alegría 
ahuyentan  las tristezas
  
Cuanta más bebas más manará
sus gotas se esparcerán
formando estanques, lagunas enteras

A saciar la sed puede venir cualquiera
gentes malas, gentes buenas
cervatillos gentiles, hediondas hienas

Se llama Fuente del Amor
no pertenece a nadie 
fue derramada para que tomásemos de ella

Bebamos sin miedo
sumerjámonos en ella
y esparzámosla sobre la Tierra 
 





domingo, 19 de mayo de 2013

Lo que las palabras esconden



Hablamos y hablamos sin parar, muchas veces para no decir nada, sólo porque nos gusta oirnos o que nos oigan los demás.

Cuántas veces pensamos antes lo que vamos a decir?
Cuantas veces medimos el alcance de nuestras palabras?

Simplemente dejamos que salgan por nuestra boca. Sin el filtro de la prudencia, sin sopesar el contenido y su repercusión en quien está al otro lado. Sin embargo, cuantos disgustos nos ahorraríamos y le ahorraríamos a nuestro interlocutor.

La vida actual es prisa, pero deberíamos hablar con pausa, con sosiego. Ojalá pudiésemos hablar menos y escuchar más.

Vertimos nuestras palabras, a veces diciendo lo que no queríamos decir, a quien no se lo queríamos decir. Son el eco de nuestro interior. Si hay furia, frustración, tristeza, envidia, celos y un largo etcétera, esos sentimientos ocultos brotarán disfrazados en forma de palabras.

Huimos torpemente del silencio, cuando el silencio es el mejor bálsamo del alma. Cuantas veces consolaríamos mejor al amigo afligido permaneciendo a su lado, sin hablar, sólamente haciéndole sentir nuestra presencia, transmitiéndole nuestra amistad y amor con una mirada.

Otras veces hablamos para ocultar unos sentimientos que nos averguenzan,   para evitar que nuestra mirada nos delate, para distraer con nuestros labios lo que dicen nuestros ojos.

De qué  hablamos? simplemente de la cobardía. Ocultar lo que verdaderamente querríamos decir y enmascararlo con palabras.

Mirémonos en silencio y que hablen nuestros ojos, ellos contienen la verdad.

viernes, 10 de mayo de 2013

Día de la madre?

                                                                                                         
                         
                                                                                                        
Cachorritos con su Mamá

Por qué celebramos un día al año el día de la madre?
Nos hemos parado a pensarlo?

Los días anteriores al evento, la televisión nos inunda con múltiples comerciales de perfumes, ropa, cosas para el hogar y un largo etcétera.

No le estamos haciendo el juego a los intereses comerciales de grandes firmas, que lo único que persiguen es que gastemos en sus productos para incrementar sus beneficios?

Es que, acaso, la madre no es madre todo el año?
Necesitamos que nos lo recuerden?

Necesitamos satisfacer nuestro ego personal con aquel regalo, de reconocimiento de los hijos por nuestra "abnegación y entrega"?  

Es que acaso hay otra manera de ser verdaderamente madre, que no sea sintiendo amor y cuidándolos como un tesoro que nos ha regalado la vida?

Tal vez soy yo quien no entiende este mundo.

No me gusta este "juego". No me gusta que me manipulen. No me gusta recibir un regalo porque alguien ha decidido que los hijos, atendiendo a la llamada del consumismo,  deben gastarse -en algunos casos el escaso dinero que tienen- en rendir un tributo a alguien que, en su día, cumplió una función biológica propia, cual es la de alumbrar o dar a luz -como prefieran-.

Ser "madre" es otra cosa, que nada tiene que ver con la función de parir.

Yo quiero ser la madre que es cualquier hembra del reino animal.

Yo quiero ser la madre que es la perrita de la foto. Que alimenta unos cachorros que no son suyos; que entiende que, aún no habiéndolos parido ella, necesitan alimentarse y que alguien cuide de ellos; que no espera regalos; que no espera agradecimientos; que los protegerá como propios; que les enseñará a desenvolverse en su entorno; que los dejará marchar cuando entienda que ya están preparados, porque sabe que la libertad es esencial para ellos, incluso los peligros.

Yo quiero hacer mías las palabras del sabio poeta Kahlil Gibran y os las quiero regalar a las madres humanas. Las otras, las del reino animal,  no las necesitan, están impresas en su genética:

Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.

No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo no te pertenecen.

Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos,
pues ellos tienen sus propios pensamientos.

Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas,
porque ellas viven en la casa del mañana,
que no pueden visitar ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.

Tu eres el arco del cual tus hijos como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad.
                    
                                                         Kahlil Gibran


martes, 9 de abril de 2013

El último amante






Hacía mucho tiempo que no abandonaba "su guarida" -así llamaba al pequeño y sucio rincón que constituía todo su mundo-. Si un cliente urgía sus favores, salía en busca del ansiado "veneno". Transitó  por la adormecida playa cuando apenas despuntaba el alba. Perlas de sudor bailaban y descendían por su cansado cuerpo,  mientras  las  olas lamían sus debilitados pies. Noches enteras de delirio, sueños atormentados por la  miserable locura de su ser. 

Oyó una voz que la llamaba:

- Ven, criatura, acompáñame. Mi sal sanará tus heridas, acariciaré tu cuerpo entre mareas y susurros de deseo. 

Una ráfaga de viento la empujó hacia el Mar. Ella se entregó plácidamente. Él, su último amante.

sábado, 6 de abril de 2013

El vuelo de la alondra


Surqué valles, cimas y mares
nuevos cielos, nuevos horizontes busqué
libré peligros, me desorienté
mi instinto me ayudaría, no debía desfallecer 

Crucé desiertos, secos y áridos
iba en busca de un vergel
pero el sol quemaba mis plumas
la arena cegaba mis ojos
no hallaba agua donde beber

Busqué el anhelado oasis
y hasta lo creí ver
palmeras cargadas de dátiles
camellos o dromedarios, no sé
la  visión se me nublaba, bajé y me posé

La cabeza me dolía, casi desmayé
era alucinación, o tal vez cierto
 escondida tras matorrales creí ver un harén
hermosas mujeres danzaban junto al oasis
 el jeque, figura erguida, contemplaba su vaivén 

Temerosa, con vuelos y saltos cortos
me acerqué al agua para beber
sacié mi sed y mis plumas remojé
ya tenía mi buche lleno, ya bastante descansé
y despidiéndome de otros congéneres el vuelo remonté

Busqué de nuevo el rumbo
volé, volé y volé
de nuevo el agotamiento, de nuevo me desorienté
dónde estará mi bandada, me pregunté
como no hallaba la respuesta el vuelo continué

Casi se ponía el sol cuando por fin divisé
campos, tejados y un campanario
y haciendo un último esfuerzo mis alitas agité
vi una hermosa estátua blanca y sobre ella me posé
acostumbrada a nosotras mi presencia no pareció molestarle

- Pareces cansada alondrita, -me dijo la inerte-

- Vengo desde muy lejos, ando perdida y exhausta

- Qué te trae por estos lares, dónde está tu bandada?

- Me quedé huerfanita desde temprana edad, por lo que me crié un tanto independiente. Más tarde,  harta de migrar con las otras, decidí buscar nuevos rumbos yo sola, pero el viaje ha sido duro, solitario y peligroso. Crucé montes y mares, visité lugares en los que antes nunca había estado y hasta conocí el desierto, bueno, para ser sincera te diré que sufrí el desierto, es un lugar ardiente, estéril y lleno de arena que te ciega y quema si te posas en ella.

- Qué interesante, cómo te envidio. Yo siempre estoy aquí, pegada a mi pedestal, desde que me modeló un gran maestro. Lo único que sé del mundo es por lo que me cuentan otras bellas aves que, como tú, se posan sobre mi cabeza. Ni las adulaciones, que los humanos hacen sobre mi belleza al contemplarme,  consuela mi soledad. Pero no hablemos de mí, sigue contándome toda la historia, todo lo que viste, cuántas rapaces tuviste que sortear, cuenta, cuenta.    

- Sí, bella estátua, enseguida te lo cuento, pero déjame descansar un poco sobre tu hombro, daré una cabezadita para aliviar este tremendo cansancio y luego te hablo sobre las cosas extraordinarias que vi, sobre los hombres...

La estátua esperó, respetuosamente, el merecido descanso de la alondra. Esperó y esperó, total no tenía otra cosa que hacer. Cuando por fin creyó que ya habría descansado lo suficiente comenzó a pedirle que se despertara pero, por más que insistió, la alondra no contestaba, ni la sentía moverse, entonces reparó en la rigidez de su cuerpecito, casi tan frío como ella, en su maltrecho plumaje y en sus patitas lastimadas, encogidas en un rictus de sobras familiar y le susurró quedamente:

   - Descansa en paz, mi querida alondra.   


viernes, 5 de abril de 2013

Vida nueva, savia nueva


Nació en Enero, con los rigores del invierno, cubierto con el calor de amores y anhelos. Una vida nueva, el primer hijo,  el primer nietecito. Es lindo como un ángel, yo nunca los he visto pero los presiento, sé que andan entre nosotros, que adoptan diferentes  formas, que anidan incluso en el corazón de los hombres, que nos ayudan  de una manera u otra, con su presencia, su sonrisa, con ese halo indescriptible de lo etéreo.

No sabía que sentiría al tenerlo entre mis brazos, me acordé de cuando acunaba a mis hijitos, de cómo me embelesaba contemplando su sueño, la placidez de su rostro, su sonrisa dormida evocando quien sabe que imágenes,  quien sabe que recuerdos. Se ríe mucho cuando "los absurdos"  -seguro que así nos debe ver él- le ponemos carotas, mientras babeamos en el éxtasis de su contemplación y emitimos sonidos raros, tratando de que aprenda, incomprensiblemente, la palabra "aajo", que el angelito, en un gesto que le honra por su autodeterminación y propia personalidad ha traducido en un "aguu". Le hablas y parece que te quiere entender, que te quiere hablar, con esos preciosos ojos que  miran y lo contemplan todo con la avidez de lo nuevo, descubriendo objetos, formas y colores. No entiende todavía la vida, pero no le importa, ahora sólo la percibe a través de sus sentidos y éstos le transmiten sensaciones agradables y placenteras.

- No está mal haber nacido, a pesar de que me hayan  sacado de la calentita piscina donde me tenía guardadito mi mamá  - pensó, o algo parecido a pensar- a no ser por aquella  vez,  cuando  una cara desconocida me cogió entre sus manos y, quitándome la ropa de mi pobre culito,  me clavó una hipodérmica y me inyectó un líquido frío y doloroso (más tarde sabré que le llamaban vacuna y que lo hacían por mi bien). Caramba con los adultos, qué cosas hacen por el bien de uno!  tendré que ir con cuidado con lo que ellos, esos gigantes grandotes,  llaman "el bien de uno". Sólo lloré un poquito, luego mi mamá -que ponía cara de pena, como si se la estuviesen poniendo a ella- me tomó entre sus brazos y me salvó. Luego mi papá, cuando volvió a casa, de un lugar que ellos llaman "Trabajo",  también puso cara de penita  por mi lastimado culito y se pasaron la noche tocando mi frente y mimándome todavía más. Ahora sé que si vuelven a ponerme otra ración de la desagradable "vacuna por mi bien" tendré extra de mimitos.

- Hay una cosa que no acabo de comprender, tal vez por mi inexperiencia vital, es que a mis papás cada día se les pone más oscura la piel de debajo de los ojos y el resto de sus caras, en cambio, se vuelve más y más blanquita. Tendré que preguntarlo cuando aprenda a decir algo más que "aguu",  sí, debo ampliar más mi vocabulario si quiero entender a los "gigantes grandotes"

Él, que tiene la sabiduría de la inocencia no contaminada,  sabe que se llama de nombre "Deseado" y de apellido "Bien Amado". Lo demás seguro que  no ha de importarle. Sabe que siempre hay unas manos que lo acunan y acarician, un pecho que lo alimenta con líquido dulce y sabroso, sintiendo el calorcito amoroso del cuerpo materno mientras él posa su manita en tan suave manjar. Unas voces conocidas y reconocidas, que le hablaban, incluso, cuando crecía y nadaba en su particular piscina privada.

- Lo que más me gusta del día, además de la hora del "bibi" que sale de mi mamá, son los paseos en mi "ferrari", bien arropadito, con una cosa que los adultos llaman  Sol  calentándome, mientras el traqueteo me adormece y me voy a otros lugares, de ahora  y de antes. Ah, y también cuando llega la hora en que mi papá  
llega de eso que llaman "Trabajo" y se ríe y habla conmigo de cosas que aún no entiendo - caramba, tengo que darme  prisa con mi vocabulario, ya lo intento ya, pero lo siguiente que viene es  "papá" y "mamá" y  esas están más complicadas que mi "aguu"- y cuando me levanta en sus fuertes brazos y me prepara un calentito banyo que yo agradezco chapoteando y riendo, mientras mamá espera, con la toalla preparada  para que mi cuerpecito no se enfríe.

- Otra cosa que he aprendido es que, cuando lloro, acuden rápido a mi lado y me acunan, o me cambian cuando estoy mojado y me dan mi "bibi" calentito. Qué raros que son los adultos, ellos necesitan decir muchas palabras para pedir y decir las cosas y yo, sólo con llorar, tengo colmadas todas las necesidades. Supongo que a medida que vaya creciendo iré entendiendo las cosas absurdas que los "gigantes grandotes" hacen.

martes, 19 de marzo de 2013

Sentada en la terraza de un bar



Sentada en la terraza de un bar, con una taza de café en la mano, mis pensamientos divagando por el mar de la soledad. Es la hora del descanso en el trabajo, de hacer un alto, un cortocircuito necesario. Huyo de las compañeras y busco la intimidad de mis pensamientos. No quiero oir el parloteo insustancioso del programa de televisión que vieron en la noche, del partido Madrid-Barcelona o, recurrentemente, de los problemas y cuestiones del trabajo. Me niego. Cada día que pasa me cansa más la gente. Me cansa tanto vacío. Siento que la vida es muy efímera como para malgastarla en cuestiones tan banales. Me niego. No quiero albergar en mí el vacío, aunque a mi alrededor se halle el vacío. De mi interior soy la única dueña, yo decido cómo y con qué quiero rellenar hasta el último recoveco y que cosas desterrar de ese reino sagrado, del que no todos poseen la llave.

Será que me ha cansado la vida? esa vida, abarrotada, de gente sin vida?
Peones de una sociedad artificial, esclavos de unas necesidades que no lo son, ávidos de glorias engañosas, devoradores de modas, de mitos de barro,  vacíos como ellos.
Será que ya he llegado al período de Conclusiones en mi vida?
Si es así, cuanto contemplo me decepciona más que me alienta. No hallo el amor como dogma de vida: el amor a uno mismo, el amor a los demás, la comprensión, la empatía, la tolerancia, la compasión...; sólo egoismo, ira, violencia, envidias, celos.... sufrimiento al fin y al cabo, rechinar de dientes.

Debo ser yo la rara, sí, la nota discordante en una sinfonía en la que desentono. Da igual, por más altos maestros que la dirijan, a mí no me parece melodiosa, sino estruendosa y delirante, nos rompe los tímpanos, nos conducirá a la locura. Quizás ya nos ha conducido.

Me vuelvo a la paz de mi reino. Disculpe el mundo mi intromisión.  

jueves, 7 de marzo de 2013

Un regalo para los sentidos




Cada día me enamoro más de la naturaleza. Ahí está, sin que el hombre interviniera para nada en su arquitectura. Menos mal, porque cuando lo hace es para alterarla, degradarla y, finalmente, destruirla . La tenemos a nuestro alcance y apenas reparamos en ella. Apenas captamos tanta belleza, nuestros sentidos están abotargados, llenos de imágenes deshumanizadas con las miserias humanas, oyendo mentiras, dogmas interesados que utilizan como adormideras, distraen nuestra atención plantándonos árboles  para que no podamos ver el bosque. Pero ese es otro cuento, el cuento chino, con perdón para la ilustre narrativa del país asiático, que los voceros mediáticos quieren que creamos, insultando nuestra inteligencia, tratando de dominarnos y, por desgracia, mayormente consiguiéndolo. 

Frente a tanto desatino yo propongo un ejercicio: volvamos nuestra mirada hacia la Naturaleza. No, no estoy diciendo que abandonemos la sociedad y  vivamos como ermitaños en los bosques, eso sólo lo podrían hacer unos pocos privilegiados, cuyas mentes y cuerpos se hallan preparados para tan noble entorno. Estoy proponiendo un giro de prismáticos y observar más la Naturaleza, empatizar con ella. Sería como volver al útero materno. De ella provenimos, es la que nos alimenta, cobija y protege. Actuar como hijos agradecidos y velar por ella, interactuar con ella.

Llenemos nuestros sentidos con las imágenes de sus bosques, sus prados, sus montañas y valles. Tumbemos nuestros cuerpos sobre la fresca hierba, aspirando el aroma de su vegetación, contemplando el infinito azul del cielo, callados, oyendo la música del silencio en el murmullo del agua, en el canto de las aves o en el zumbido de un abejorro ávido de néctar.

jueves, 28 de febrero de 2013

Metamorfosis





Nos pasamos casi todo el tiempo malhumorados, resintiéndonos de lo que nos hacen y de lo que no nos hacen. Somos tan estúpidos que basamos en los demás nuestro bienestar y harmonía, cuando ambas cosas sólo nos las podemos proporcionar nosotros mismos.

Por qué estamos tan ciegos? es egoismo tal vez? pensamos que todo debe girar alrededor de nosotros?

Creemos que los demás están obligados a ser respetuosos, educados, amables, complacientes y un largo etc.

No sería más sencillo aceptar que cada cual es como es, que nadie nos debe nada y que el único ejercicio que tenemos que hacer es el de la aceptación de lo diferente? quizás la respuesta la hallemos en nuestra propia intolerancia.

La aceptación de las cosas, de los acontecimientos, de las personas que forman y conforman nuestro entorno es la clave para estar en paz con uno mismo y con el mundo que nos rodea.

Si no exigíesemos tanto de los demás y diésemos más de nosotros mismos nos percataríamos que se produce un cambio en ese entorno.

Si tratamos con respeto y amor es muy improbable que la respuesta sea negativa. Es el principio de acción/reacción.

Para que los demás cambien, para que las cosas cambien,  hemos de empezar generando el cambio en nosotros mismos. 

lunes, 18 de febrero de 2013

La niebla inunda el paisaje



Hace días que no vemos el sol, la niebla lo cubre todo, árboles, montañas, campos. Las vacas y caballos, que pacen al otro lado del jardín, buscan el calorcito entre sí, se apretujan y resguardan del frío invierno. Es lo que tiene vivir en los Pirineos. La majestuosidad de las montañas, cubiertas de nieve, se alzan sobre los verdes y ocres del valle. Ya falta poco más de un mes para que la primavera altere este paisaje un tanto triste y desolador, para que los habitantes, ahora resguardados en sus casas al amor de la lumbre, puedan sacudirse su aletargamiento y salir a contemplar la vida renacer de nuevo, los verdes pastos, los jóvenes brotes, el sol inundándolo todo, los ríos y riachules ensanchándose con el deshielo de la nieve, los pajarillos  anidarán y con sus alegres cantos pondrán música a esa vida nueva.

Todo obedece a la harmonía de la vida, el fluir del curso natural de las cosas. Es verdad, ya lo dijo Heráclito, todo cambia, nada permanece...

miércoles, 13 de febrero de 2013

Tengo la suerte de......



Tengo la suerte de.... haber nacido de familia humilde,
donde aprendí que la atención de mis padres no era sólo para mí
donde aprendí a compartir y competir
donde aprendí a luchar por sobrevivir

Tengo la suerte de.... ser la menor de nueve hermanos
porque aprendí que la ropa nueva no sería para mí
porque aprendí a no tener privilegios
porque aprendí que los reyes magos no venían para mí

Tengo la suerte de.... haber tenido buenas maestras
con  quienes aprendí el amor a la lectura
 la pasión por los estudios
que aprender no era  sacrificio sino cosas del saber

Tengo la suerte de.... haber cometido errores
porque de ellos aprendí que el camino empedrado
pone al ego en su sitio
 y si causo sufrimiento éste revierte en mí

Tengo la suerte de.... que nada haya sido fácil
porque de la nada aprendí
que las metas que logré
fueron fruto del esfuerzo, del tesón y tozudez

Tengo la suerte de.... haber tenido unos hijos
porque de ellos aprendí
mucho más de lo que  dí
me enseñaron que no eran míos, sino que nacen a través de mí

Tengo la suerte de.... amar y ser amada
porque este sentimiento noble
es el que me limpia el alma liberándome de las penas
liberándome de telarañas

Tengo la suerte de.... gozar con las pequeñas cosas
despertar cada mañana agradeciendo el nuevo dia
contemplar la naturaleza y suspirar de alegría
encarando la jornada como si fuera el último día

Tengo la suerte de.... tener buenos amigos
porque aquellos que ya se fueron
no se fueron para mí
 siempre les guardo un espacio para que vivan ahí

Tengo la suerte de.... cuando la muerte me venga a ver
la tomaré de la mano y con ella partiré
en una barca ligera, una barca de papel
sólo cargada de amor, es lo único que llevaré



Pido disculpas por mi mala prosa y mi pésima rima, y se lo dedico con amor a mi amiga y maestra Malquerida, para mí Bienquerida, por su ejemplo de lucha y coraje y por lo mucho que aprendo de ella. También se lo dedico a mi amor, porque él es quien me aguanta y soporta mis ausencias por trabajo.  





 


martes, 5 de febrero de 2013

Necesito poco y lo poco que necesito lo necesito poco





Hoy quiero plasmar aquí y compartir, con quien tenga a bien leerlas, unas palabras escritas y publicadas por una periodista española, su nombre es Angeles Caso. Invitan a la reflexión, una reflexión y propósito:

"Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.
 
Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
 
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.
 
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada o todo."
 
 

 

domingo, 27 de enero de 2013

Dedicado a un angel, llamado Maritza



Breve es el tiempo
pero fuerte el sentimiento
y te preguntas por qué,
negando los acontecimientos


Por qué Él nos dejó huérfanos?
por qué  nos puso en el camino un angel 
para sufrir su pérdida más tarde?
era necesario hacerlo?

Hace que nos rebelemos
hace que nos cuestionemos
si eres justo, Señor
era necesario hacerlo?

Ah, ya sé, ya comprendo
cuando el cuerpo se despoja de las miserias humanas
y el alma se vuelve pura, cual arcángel engendrado
ya es tiempo de su regreso, claro, debe ser eso


Aunque, perdona la obstinación
somos lentos de entendimiento
Presos de  nuestros terrenales sentimientos
nos seguimos preguntando, era necesario hacerlo?

Por qué, si tanta maldad existe
te llevaste la bondad y nos dejaste el desconcierto
porque desconcierto es perder un ser tan perfecto
Era necesario hacerlo?


     

No puedo ni te quiero olvidar, Maritza, mi querida cuñada, no, no, mi querida amiga, mi hermana mexicana



Hace unos días te escribí unos versos, Maritza, y ahora no sé por donde andan, jajaja, le tendré que pedir a Sergio que me los busque de entre  mi blog, nunca se me dió muy bien la informática, porque no es lo mismo usarlo en el trabajo que tener el tiempo y la creatividad para hacer programas y composiciones bonitas, como ese pp que ha creado tu hermano con alguna de las fotos de tus días acá con nosotros. Hoy lo visioné, con la música que le puso, ese tema tan lindo de "en algún lugar del arco iris", que tanto nos evoca al lugar donde te debes encontrar ahora. Lloré a moco tendido, como siempre que veo las fotos con los recuerdos de esos días, y aunque sé que encontraste la paz de ser sólo alma, espíritu libre como la paloma que aparece en la secuencia final  y ya no cuerpo físico, mi natural egoismo "humano" me hace sufrir, rebelarme por habernos sido arrebatado un ser tan maravilloso como tú. Si El ya tiene muchos ángeles, por qué no dejarnos que siguieras tú entre nosotros? creo que el egoista es El.

Allá donde te encuentras nuestro amor seguirá siempre contigo.

sábado, 5 de enero de 2013

PALABRAS

 
 
 
Un día, hace ya mucho tiempo, me dió por reflexionar sobre el sentido de las palabras, ya sé, es la capacidad del hombre para comunicarse, para expresar ideas, crear, dañar y un largo etcétera, pero no, no me refería a eso, me refería a la proyección de los sentimientos que aún no han brotado por nuestra boca, a los que nacen del alma, unas veces son tormentos, otras veces alegrías, pero otras, las menos, son sentimientos tan profundos que si tratas de expresarlos con palabras éstos se contaminan, pierden su esencia y el mero viento, la mera saliva, los impregna de impurezas. Y concluyes: no, no los debemos expresar, no los debemos exponer a través de la palabra, que al fin se convertiría en palabrería a oidos de los otros. Pero están ahí, sólo reservados para quienes saben intuirlos, interpretarlos,  a través de una mirada, de un gesto, de una caricia, de un silencio en el momento dado. Y son recibidos, no te quepa ninguna duda, sólo por unos pocos privilegiados.